"Los huesos son peligrosos"

Los huesos crudos no son peligrosos, puesto que no hay riesgo de que se astillen o que de otra forma estos causen problemas gástricos. Lo que resulta peligroso para cualquier animal es un hueso cocinado, ya que se pueden romper con facilidad y astillarse aumentando el riesgo de que su perro se ahogue. Un hueso crudo hace que su perro tenga que trabajar duro para poder comerlo. Ayuda a fortalecer el esmalte de los dientes y elimina la placa, reduce la incidencia de enfermedad de las encías y el mal aliento. Los huesos carnosos son el aporte más grande que hay para proporcionarle calcio entre otros nutrientes a perros y gatos.

“Los parásitos y bacterias
harán que mi perro se enferme”

El sistema digestivo de un perro  al ser corto está diseñado para digerir las bacterias y parásitos que viven en la carne cruda. El alimento viaja a través del colon muy rápidamente, dándoles energía óptima. Un perro responde bien a la humedad y a la alta cantidad de nutrientes en la carne.

Algunos estudios que demuestran que un perro posee ciertas bacterias como la salmonela conviviendo con su flora natural. En cambio el consumo de concentrado alcaliniza ese ph estomacal y hace al perro menos resistente a múltiples enfermedades.

"Este tipo de alimentación
es más costosa que el concentrado"

Si consideramos los beneficios de esta alimentación, teniendo en cuenta las positivas repercusiones a corto, mediano y largo plazo en nuestra mascota, concluiremos que es una inversión que vale la pena.

Esta alimentación nutre a los animales y fortalece su sistema inmune, permitiéndonos evitar muchas visitas al veterinario por problemas gástricos, alergias,
cánceres, entre otros.